Chistes Albert Puigdellivol (2)

El caw-boy entra en el Saloon y dice:

– Los de este lado son todos idiotas y los de este unos cobardes.

– ¡Yo no soy un cobarde!.

– ¡Pues ponte al otro lado!.

El mexicano entra en la Cantina y dispara cuatro tiros al que esta junto a la barra y dice:

– ¡Esto le ha pasado, por abrir demasiado la boca!.

– ¡Coño!. dice el camarero sin abrir apenas los labios.

El mexicano que le han robado el caballo, grita enfurecido:

¡- Si no sale el “gringo” que me ha robado el caballo, tendré que hacer lo mismito que hizo mi abuelo!.

– ¿Y qué hizo?…       – ¡Irse a pie nomás!.

Dos mexicanos, uno dice:

– ¡En mi pueblo somos todos machos!.

– Pues en el mío mitad machos, mitad hembras… ¡Nos lo pasamos muy bien!.

Cien indios en una canoa. El primero dice muy bajito:

– Estamos llegando a la cueva del muerto.

Cuando el mensaje llega al indio noventa y nueve pregunta:

– ¿Porque hablamos tan bajo?.

El numero uno contesta:

– Tú no lo sé, pero yo estoy afónico.

El catalán entra corriendo en el bar gritando:

– ¡Un Campari, Un Campari!.

Nadie lo paró y se estrelló contra el mostrador.

Un hombre tiene un amigo mudo y sabe de una academia donde les enseñan a hablar. Decide llevarle.

El primer día el profesor manda desnudar al mudo y le manda que se incline. Entonces sale un negro y da por detrás al mudo que exclama:

– ¡AAAAAAH!.

– Ve usted, ya empieza a hablar, mañana le enseñaremos la «B».

La columna militar mexicana se detiene. El general manda a un soldado a enterarse del motivo. El soldado le informa:

– Mi general, hay un obstáculo en la carretera.

– Que vaya un pelotón a sacarlo nomás.

– Mi general, el pelotón no consigue sacar el obstáculo.

– Pues que vaya una sección nomás.

– Mi general, una sección no es suficiente.

– Pues que vaya toda una compañía.

– Una compañía tampoco es suficiente mi general.

– Tendré que ir personalmente.

Va el general a la cabeza de la columna y ve un arbolito tirado en medio de la carretera. Lo coge por una rama y lo arrastra a un lado y dice:

– Veis inútiles, ya está fuera el obstáculo.

– Claro mi general, haciendo fuerza cualquiera…

Un hombre con un palo y un cordel está pescando en la orilla del mar. Pasa uno y le dice:

– Tendría que pescar con una caña y un carrete a fin de tirar   el anzuelo un poco más lejos, así tendría oportunidad de sacar algún pez de calidad.

– ¿Para qué?.

– para poder comerselo o incluso venderlo; Así podría comprarse una caña mucho más larga y podría tirar mucho más lejos y pescar buenas piezas.

– ¿Para qué?

– Para hacer más dinero. Si pescara mucho incluso podría comprarse una barca y con ella pescaría mucho más.

– ¿Para qué?.

_ Para hacer más dinero, si pescara mucho incluso podría comprarse una flota de barcas con muchos pescadores que pescarían para usted y entonces podría usted vivir tranquilamente.

– ¡Esto precisamente es lo que estaba haciendo, hasta que llegó usted!.

Un gran catador de quesos adivinaba la procedencia de los mismos con los ojos vendados y solo oliendo la bola. Un día que estaba demostrando su habilidad un amigo decide darle a oler la cabeza de su hijo recién nacido como si fuera una bola de queso.

El catador, huele la cabeza y exclama:

– Es un queso con mezcla de leches.

Una carrera de taxi valía 800 pesetas, el pasota solo le da 400, el taxista le reclama el resto. El pasota le contesta:

– ¿No venias tú también en el taxi?.

El perro, se mea en la pierna del ciego al que acompaña…

El ciego le pasa la mano por el lomo…

El amigo que ha visto toda la operación comenta:

-¡Se ha meado encima de ti y aún lo acaricias!.

– ¡Verás que caricias, si le encuentro los cojones!.

Dos pescadores:

– ¿Qué clase de cebo gastas?.

– Les pongo una moneda de veinte duros y que se compren lo que quieran.

La hija, muy decente, le cuenta a su madre, cada día, las incidencias con el novio:

– Ayer me cogió la mano.

– ¿Y tu que hiciste?.

– Yo seria que seria.

– Muy bien hija mía.

– Ayer me tomó del brazo.

– ¿Y tu que hiciste hija?.

– Yo seria que seria.

– Ayer me puso la mano en la rodilla.

– ¡Ay hija mía!. ¿Y tu que hiciste?.

– Yo mamá, seria que seria.

– Ayer mamá, ¡me tomo el coño!.

– ¡Pobre hija mía!. Supongo que tu seria que seria. ¿Verdad?.

– ¡No mamá!… Esto ya me hizo más gracia.

La chica que sube al autobús y pide la dejen sentarse porqué está preñada.

Al ver su talle tan fino le preguntan:

– ¿Está de mucho tiempo?…

– ¡Ay! Solo cinco minutos… ¡Aún me tiemblan las piernas!.

En un bar el cliente se queja de los precios diciendo:

– ¡Trabajo muy duro para ganar mi dinero!.

El camarero le responde:

– ¡Yo también trabajo muy duro para ganar su dinero!.

Granollers tiene… Un grano.

Un ciego levanta a su perro por encima de su cabeza y dice a su amigo:

– ¡Estoy echando una ojeada!.

El jefe a su subordinado:

– ¡Olvide sus fracasos!. ¡Olvide sus errores!. ¡Olvide todo!… Menos lo que va ha hacer ahora…¡Y hágalo bien!.

El profesor. En una clase de Técnicas de la Negociación:

– ¡Deberán presentar tres trabajos muy bien documentados!.

El alumno levanta la mano y dice:

-¿Y si lo negociamos y lo dejamos en dos?.

¿El tocador de señoras, por favor?.   – Yo mismo para servirla.

El médico no quiere visitar a la esposa del avaro porque teme no cobrar. El avaro le dice:

– ¡Le aseguro que le pagaré tanto si la salva como si la mata!.

El médico la visita y la paciente muere.

Tal como se temía no cobra. Reclama el importe de su minuta en los tribunales.

Delante del juez el avaro le pregunta:

-¡ Mataste a mi mujer!.         – ¡No!. Contesta el médico.

-¡La salvaste!.     – ¡ No! Contesta el médico.

– ¡Si no la mataste ni la salvaste… ¡no te debo nada!

He tenido siete hijos.        – ¿Con la misma?.

– ¡Claro que con la misma!… ¡Pero con diferente mujer!.

¿Cuál se quema antes? ¿El niño normal o el niño probeta?

– El probeta naturalmente… ¡Ya que está hecho de pajas!.

¡Hay días fatales!. ¡Hoy por ejemplo!… A ti se te muere la

mujer, a mí se me pierde el bolígrafo…

¿Cuánto son tres más tres?.     – Siete.   – ¡Son seis!.  

– Bien, ¿qué prefieres: la rapidez o la precisión?.

Un cazador sale a cazar con un palo y una red. Ve un agujero, pone la red escarba con el palo, sale un conejo le da un garrotazo y ya tiene una pieza. Poco después ve un agujero un poco más grande, vuelve a poner la red, escarba, sale una liebre y ya tiene dos piezas. Ve un agujero más grande repite la operación, le sale un zorro y ya tiene tres piezas. Entonces ve un agujero mucho más grande, ilusionado pone la red escarba con el palo y… ¡Sale el tren y le mata!.

Un pastor estaba apacentando su rebaño cuando pasa el tren y le pilla tres ovejas que estaban en la vía. Más tarde comenta el hecho a sus amigos y les dice:

– Aún he estado de suerte, si en vez de venir de punta viene a lo largo, me pilla todo el rebaño.          

El pastor que el tren le mató el rebaño va a la ciudad y le llevan a visitar una exposición de trenes de juguete.

Empieza a dar patadas a los trenes y machacarlos con los pies.

Sus familiares le preguntan que es lo que está haciendo.

– Los estoy matando ahora que son pequeños, pues cuando son grandes son muy malos.

Una niña va con una vaca atada, el turista le pregunta:

– ¿Dónde vas bonita?.

– Llevo la vaca al toro.

– ¿Esto no tendría que hacerlo tu padre?.

– No señor no, tiene que hacerlo el toro.

Era una clínica tan pobre, que antes de operarles les emborrachaban de anís para dejarles “Anistisiados”…

Se lo pasaban muy bien.

El marica que se ha cambiado de sexo le cuenta a su amigo como le fue la operación.

– Cuando te la cortan resulta doloroso, porque después de todo es toda una vida con ella colgando, y las despedidas siempre son dolorosas, pero lo que más duele es cuando te reducen el cerebro

Una pareja va al médico. El diagnóstico es que padecen el «Síndrome de Kodak».

Se trata de que tienen el miembro pequeño, el agujero demasiado grande y el niño se vela.

Un hombre estaba comentando:

– Tengo un caballo que me sirve el chocolate con churros en la cama, atiende al teléfono,hace la limpieza, ¡una verdadera joya!.

– ¿Por cuanto me lo vendes?. Le pregunta el amigo admirado.

– Solo lo vendería por una cantidad muy importante, date cuenta lo maravilloso que es.

– Pide, pide, me interesa muchísimo.

– ¿Que te parecen veinte millones?.

– ¡Hecho ahora mismo!.

Al cabo de unos días vuelven a encontrarse y el comprador le dice:

– Oye aquel caballo ni me lleva el desayuno, ni atiende la puerta ni nada y además va un poco cojo.

– ¿Sabes que te digo?… ¡Un caballo así te costará venderlo!.

…¿Cuantas neuronas tiene una mujer?.

– Cuatro, una para cada fogón.

Le extirpan una piedra del riñón…

Tenía unas letras que ponían:

A Barcelona 30 kilómetros.