CHISTES ALBERT PUIGDELLIVOL (21)

+El abuelo a la abuela: – Tienes los dientes como perlas

–          ¿De blancos y hermosos?.

–          No… de escasos.

Jaimito a su padre: – Papá ¿Cuánto pesa mi pene?.

–          No sé, quizás cincuenta gramos.

–          ¿Y el tuyo papá?.

–          Unos cien gramos.

Jaimito va al abuelo con la misma pregunta:

–          Abuelito, ¿Cuánto pesa tu pene?.

–          No lo se, pero muchísimo… Piensa que a veces intentamos levantarlo con tu abuela, y entre los dos no lo conseguimos.

Tres viejas comentan entre ellas: – Yo cada vez pierdo más la memoria, el otro día estaba delante de la nevera, con la puerta abierta y un plato en la mano, y no recordaba si lo tenia que meter dentro o lo estaba sacando.

–          Pues anda que yo; el otro día estaba sentada en la cama con un zapato en la mano, y no recordaba si me lo tenía que poner o sacarme el otro.

La tercera muy contenta les dice:

–          Menos mal que yo, de momento, de memoria ando sobrada, bueno mejor será que toque madera. – Da unos golpes sobre la mesa y comenta:

–          ¿Habéis oído?. Parece que llaman.

Los jóvenes de hoy son cada día más desvergonzados.

–          Pues mi polla cada vez tiene más vergüenza… No levanta cabeza.

Dos viejos amigos aficionados al gol comentaban:

–          Yo he tenido que dejar de jugar porque mi espalda ya no me permite golpear la bola.

–          Pues yo he tenido que dejarlo porque soy muy corto de vista y no encuentro las bolas. Quizás entre los dos podríamos hacer un jugador completo.

Yo golpeo la bola y tu miras adonde va, así podremos seguir jugando.

Empiezan el recorrido en el primer hoyo, coloca la bola y le dice al compañero:

–          ¿Estas preparado? Mira bien adonde va.- Golpea con toda la fuerza y le pregunta al compañero:

–          ¿Has visto donde ha ido la bola?.

–          Claro que la he visto.

–          ¿Y donde está?

–          Ya no lo recuerdo.

Decidme una cosa que tenga cien dientes y cuatro patas… Un cocodrilo.

¿Y una cosa que tenga cien patas y cuatro dientes?… Un autocar de jubilados.

No somos viejos porque tengamos muchos años…

Somos viejos porque nos quedan pocos.

Un viejo está meando y mientras tanto va ablando con su pene:

–          ¿Recuerdas cuando éramos jóvenes?… Lo mucho que habíamos disfrutado…

Mientras va recordando se le escapa un pedo, entonces exclama:

–          Cállate, que te quiten lo “bailao” a ti también.

Al novio de Sara Montiel tuvieron que ingresarlo en la U.V.I….

Por comerse una almeja caducada.

Una pareja de ochenta años se casan y hacen la lista de bodas… En la farmacia

Una pareja se casan a los ochenta años, van todos los periodistas a entrevistarlos.

–          ¿Y lo del sexo como lo llevan?

–          Lo tenemos en tratamiento (contesta ella) El trata y yo miento.

Varias viejecitas en la terraza. Una llama al nieto y le pregunta.

–          Oye Jaimito, ¿Cómo se llama aquel alemán que nos vuelve locas a todas?

–          Alzeymer, abuelita.

La vieja iba por la calle santiguándose y encuentra a una amiga:

–          ¿Pero adonde vas de esta manera?.

–          Verás es que pierdo mucho la memoria.

–          Bueno yo también la pierdo y no hago estos gestos por la calle.

–          Es que yo voy al Supermercado y me falta una cabeza de ajos, un estropajo y dos botellas de leche.

Tres viejecitas sentadas en un banco delante de la casa de citas, controlando las entradas y salidas. Se dan cuenta que uno de los clientes habituales cada vez que sale se santigua.

Cada día comentan:

–          Este hombre seguro que sale arrepentido, solo falta verle, seguro que le falta un poco de voluntad para dejar este vicio, quizás si le prestáramos un poco de ayuda lo dejaría. Un día deciden pararlo:

–          Perdone señor, pero vemos que se santigua cada vez que sale de esta casa de perdición, vemos que está arrepentido y si quiere le ayudaremos a dejar este vicio.

–          Perdonen señoras pero están confundidas, ni estoy arrepentido ni me santiguo.

Solo me digo; piensa, ¿te has cerrado la bragueta?, ¿llevas la cartera y el móvil?. ¿Huele la mano a bacalao?. Pues ya puedes irte a casa tranquilo.

A las mujeres de antes, para verles el culo, tenias que apartarles las bragas…

A las mujeres de hoy, para verles el tanga, tienes que apartarles el culo.

Hace cuarenta años no nos conocíamos… Éramos tan felices.

Mi mujer tiene la belleza por dentro…

–          ¿Y porqué no la mondas?.

Pepe ¿Tenemos orgasmos o Sanitas?-

Ya llevamos 25 años de casados…

–          ¿Y falta mucho todavía?.

Mañana es el aniversario de boda ¿Qué te parece si matamos un pollo?.

–          Pobre animal ,¿que culpa tiene?. ¿Mejor, porque no matamos a tu primo?…

Que fue el que nos presentó  

Un borracho llamaba a una puerta; salía una mujer a la ventana, a ver quien llamaba y el borracho le preguntaba:

– ¿Estás casada?.   – Sí.

– ¿Esta tu marido en casa?. – Sí.

Se marchaba a llamar a la puerta del lado y hacía las mismas preguntas.

Al final de la calle llama, pregunta si esta el marido en casa y la mujer le contesta que no, entonces le dice…

¡Baja a ver si soy yo!.

El borracho está en la calle y su mujer no le abre la puerta a pesar de todos sus ruegos.

Al cabo de un rato decide volver a intentarlo, llama a la puerta y le dice a su esposa:

–          Abre la puerta que, traigo un ramo de flores, para la mujer más hermosa de este mundo.

Con esta frase no hay mujer que se resista; y le abre la puerta.

Cuando ya esta dentro la mujer le pregunta:

–          ¿Dónde está el ramo de flores?.

–          ¿Y dónde está la mujer más hermosa del mundo?.

Está tan borracho que su amigo decide acompañarle a su casa.

Cuando llegan, el borracho le dice que aprovechará para enseñarle su piso.

–          Mira aquí está el comedor, la cocina, la sala de estar, la habitación (cuando abre la puerta ve a su esposa con otro hombre en la cama) y el borracho le dice a su amigo: – Esta es la habitación, esta es mi esposa… Y este soy yo.

El borracho en el bar le pide al camarero:

–          Me dará la vuelta.

–          Perdone pero me ha dado el dinero justo.

–          ¡No, no! Que me dé la vuelta a mí que me quiero marchar.

El borracho pedía un vaso de vino y antes de beberlo lo brindaba a una vieja foto de Franco que estaba colgada de la pared.

Cuando ya se ha tomado unos cuantos vasos; de repente se pone firmes y saludando brazo en alto. El camarero le pregunta que es lo que le pasa. Y el borracho le contesta:

–          Es que me ha parecido que se movía.

Al borracho ya no quieren servirle más vino porque ya tiene bastante.

Le dice al camarero:

–          Si estuviera tan cargado como tu dices, a aquel gato que entra, le vería cuatro ojos y solo le veo dos .

–          Es que aquel gato no entra… Sale.

Un borracho le dice a su compañero que se siente mareado y se va al lavabo.

Como tarda más de la cuenta, decide ir a investigar que es lo que le ha pasado, no sea que esté muy enfermo o desmayado.

Encuentra al borracho arrodillado en el lavabo y con un brazo metido dentro de la taza-

–          ¿Qué te ha pasado?.

–          He tenido que vomitar, se me ha caído la dentadura dentro de la taza y la estoy buscando. – ¿Pero no ves que tienes el brazo lleno de mierda?.

–          ¿El brazo?. Y la boca… Ya he encontrado tres y ninguna es la mÍa.  

La novia inocente al novio. – Yo de la noche de bodas no se nada.

–          No importa yo te enseñaré. Ves lo que tienes tu es una cárcel y lo que tengo yo es el prisionero, ahora bamos a meter al prisionero dentro de la cárcel.

Al poco rato la novia dice: – Mira el prisionero ya ha salido de la cárcel.

–          Pues vamos a meterlo otra vez.

–          Mira ya vuelve a estar fuera de la cárcel.

–          Vamos a meterlo otra vez….

–          Ya vuelve a estar fuera.

El novio agotado le contesta: – Bueno tampoco es una cadena perpetua.

Un granjero tenía un gallo que además de follarse a todas las gallinas, arreglaba al la cabra, al burro, al perro y a cuantos animales encontraba a su paso.

Un día después de arreglar a toda la granja el gallo desaparece, el granjero lo encuentra desplomado en en medio del camino, moribundo, cerca de dos cuervos que esperan que muera del todo para comérselo…

El granjero se acerca para comprobar su estado y cuando esta a su lado el gallo le dice en voz baja: – Aléjate enseguida que me vas a espantar a los cuervos.

El mecánico le dice al cirujano; – Mire, acabo de cambiarle las válvulas a este coche, es muy parecido a su trabajo, solo que usted cobra un dineral y yo tengo un sueldo muy bajo por hacer casi lo mismo.

El cirujano le responde: – Es verdad, pero yo lo hago con el coche en marcha.

El jugador de golf, con un golpe desafortunado, rompe un cristal de una casa cercana al campo. El y su esposa van a la casa a pedir disculpas. Llaman a la puerta y una voz les invita a pasar ya que la puerta está abierta. Dentro ven todos los cristales de la ventana por el suelo